Cuando tenía 18 años realmente estaba muy delgada, pero desde que empecé a tomar medicación para la depresión engordé como 7 kilos de golpe. No es que me sienta mal, de hecho, tampoco se me ve mal con unos kilos de más. Tomaba algo demasiado fuerte para mi cuerpo y me dejaba durmiendo todo el día, no podía siquiera estudiar y me preguntaba qué estaba haciendo con mi vida. Lloraba todos los días porque estuve un tiempo en que no podía levantarme y las veces que caí intoxicada en la cama estuve sola y llorando hasta que vinieron mis padres a visitarme. No puedo decir que quizá no lo vuelva a intentar, el irme. Y si cayera me daría igual.